1.2. Como iniciar conversaciones, como comunicarse ante una audiencia

Ver comentarios

Cómo iniciar una conversación

Si es usted como muchos tímidos que hemos conocido, el aprender a mantener una conversación una vez ha logrado iniciarla representa para usted un problema. A veces, una persona se abstiene de iniciar una conversación precisamente a causa de esto, y no por qué no sepa cómo empezarla. Pero el aprender todos los trucos para mantener una conversación es algo que requiere práctica, y eso es exactamente lo que usted va a tener que hacer si quiere adquirir confianza en este terreno. Las personas que parecen tener una capacidad «natural» para mantener animada una conversación no nacieron así. Sin darse cuenta, viendo hablar a los demás, asumiendo pequeños riesgos al principio, y a fuerza de pruebas y errores, han llegado gradualmente a encontrar un estilo adecuado a su personalidad, un estilo que pueden usar con facilidad y confianza.

Recuerde que la manera exacta en que debe usted iniciar una conversación depende del contexto: la situación material (el trabajo, actividades de los ratos de ocio, la iglesia, el autobús o una reunión informal), la hora del día (el desayuno, el almuerzo, la hora del café, la salida del trabajo, un día laborable, el fin de semana) y de la persona en cuestión (hombre, mujer, irás joven, de la misma edad o mayor que uno, un subordinado, un colega, un superior, una persona soltera, comprometida, casada, divorciada). Afortunadamente, existen algunas constantes y ciertos elementos sociales invariables que facilitan la tarea de decidir qué hay que decir y hacer. Por ejemplo, el tipo de persona que podría usted encontrar en una discoteca un jueves por la tarde es muy diferente de la que podría conocer en un salón de té elegante o en una biblioteca pública. Pero, si usted es tímido, puede que le falte la experiencia para saber cuáles son esas diferencias.

Existen varias maneras en que pueden comenzar tas relaciones sociales. Usted puede ser presentado a alguien, o puede abordar usted mismo a esa persona. Quizá abordará usted a alguien expresándole claramente sus motivos, o se valdrá de un pretexto. También puede usted hacerle a la persona una pregunta referente a una actividad o tarea común. Decirle, por ejemplo: "Hola... ¿Verdad que tú vives en la calle tal, enfrente de mi casa? [Pausa para la respuesta del otro.] ¿Sabrías por casualidad por dónde pasa el autobús?". Aun cuando su pregunta haya sido respondida, quedará abierta la puerta para una relación más in formal y comunicativa.

Esta inhabitual forma de iniciar una relación debería reservarse para los grupos donde la franqueza y la sinceridad no amenazan a otras personas, y donde la persona que hace la petición no se siente rechazada si la otra le responde: "Gracias, eres muy amable, pero tengo el tiempo justo para ir al lavabo y correr a tomar el autobús. Podríamos dejarlo para otro momento, quizá para mañana. ¿Qué te parece?". Este tipo de conversaciones directas, francas y sin compromiso dependen más de sus protagonistas que de la peculiaridad de cada contexto social. Pero lo que importa es que existen demasiados grupos en los que la gente reacciona con suspicacia, inquietud y a veces resentimiento ante este tipo de peticiones. En consecuencia, la decisión de utilizar este modo de iniciar relaciones sociales debería basarse en una previsión de las reacciones que podría suscitar en el otro. Los elementos sociales que en un grupo son estables pueden no ser tácticas útiles ni válidas en otro grupo.

En todas estas frases introductorias, es importante esperar a que la persona a la que usted se dirige haya terminado de hablar con los demás y pueda atender a lo que usted le dice. También es importante esperar a obtener la atención de dicha persona una vez ha pronunciado usted la primera frase, en vez de seguir diciendo apresuradamente lo que tenga usted pensado. Si es usted tímido, quizá suelte rápidamente lo que lleve preparado, sin, esperar a que la otra persona le mire. Las personas más capaces socialmente se sienten muy tranquilas, y se toman su tiempo; hacen pausas y esperan que se les envíen señales no verbales de aceptación antes de decir lo que tienen pensado. Intente imitarles y tomárselo con calma.

Estoy seguro de que usted habrá visto que algunas personas se arriesgan a abrir el fuego con una frase inicial y directa como la siguiente: «Hola. ¿Cómo estás? ¿Cómo te llamas?» La persona a la que se dirigen estas preguntas puede sentirse intimidada por esta audacia y deducir en el otro un cierto grado de arrogancia. A la mayoría de las personas no les agrada tener que enfrentarse a tanta seguridad. Incluso las personas físicamente atractivas fracasan a menudo cuando utilizan la arrogancia; lo que el otro supone inmediatamente es que se trata de alguien presuntuoso. A la gente no suele gustarle la presunción y la vanidad, pues siente que el tratar con una persona demasiado según de sí misma les coloca en una situación de desventaja; siente que tienen que competir y esforzarse por mantener el mismo nivel de seguridad de que hace gala el otro. La persona que no se presenta con demasiada decisión, sino que muestra un cierto grado de reticencia y vacilación al presentarse en público, suele ser mucho mejor recibida.

Por otra parte, las mujeres deberían comprender que, cuando los hombres se comportan de una manera audaz y autoritaria, ello se debe generalmente a razones defensivas. Algunos hombres creen que es mejor ser descorteses que ser rechazados después de haber sido corteses. En algunas ocasiones, muy pocas, cuando dos personas acaban de conocerse, se juega a «a ver quién es el mejor» o a «a ver quién puede asustar primero al otro» en un tono gracioso y divertido. Se intercambian una serie de bromas y tomaduras de pelo, y se juega a inofensivos «yo lo hago mejor que tú». Sin embargo, aunque estos juegos pueden ser agradables y cumplen la función de romper el hielo, casi nunca salen bien del todo, y debería usted evitarlos a no ser que esté dispuesto a correr grandes riesgos y que no tema el fracaso.

Como iniciar una conversación con cualquier persona

La gente sociable está siempre muy dispuesta a conocer personas nuevas (a conocerte a ti) y también los tímidos, solamente que a ellos se les hace más difícil, pero eso no significa que no se mueran de ganas por hablarte o hacerse amigos.

Para saber cómo iniciar una conversación con cualquier persona tenemos que saber cuáles son las características comunes y generales en todas las personas de tu edad o entorno en cual prefieres desenvolverte.

Algo común y característico es que la gente no quiere relacionarse con personas prepotentes ni presumidas. No tienes que ser este tipo de persona y para no serlo, es importantísimo tener una buena autoestima y también la energía mental es muy importante porque al fin y al cabo es lo que se transmite de ti.

Por eso debes tener un buen estado de ánimos y también esforzarte por estar relajado. Aunque reconozco que en un comienzo estar sereno es bastante difícil y al luchar contra eso solamente se acrecienta el nerviosismo.

Reconoce que los miedos que tienes son mal enfocados ya que no hay peligro alguno en conversar con gente nueva.

Diez consejos para convencer a la audiencia:

1. Se debe distinguir claramente el objetivo y la intención del mensaje que se va a dar: información, persuasión o ambas.

2. Distribuye el contenido de la presentación en tres partes bien diferenciadas: introducción, cuerpo y conclusión.

3. Limita el número de temas clave a siete o a menos por cada presentación. Una buena presentación exige organización, brevedad y un uso cuidado de la lengua.

4. Utiliza un lenguaje adecuado con el público y emplea sustantivos y verbos que doten de fuerza y dinamismo al texto. Evita la voz pasiva.

5. Expresa una idea en cada elemento utilizando frases cortas en lugar de oraciones compuestas.

6. Es recomendable ser creativo y sustituir palabras por ilustraciones. Una ilustración despierta el interés y transmite la información con mayor rapidez.

7. Utiliza gráficos, tablas y diagramas para que los datos puedan ser contrastados fácilmente.

8. En el momento de la presentación hay que dar la imagen de estar relajado y seguro, aunque se esté como un flan. Deberemos vocalizar con claridad y evitar hablar de forma entrecortada.

9. Es muy bueno tener un vaso de agua a mano para utilizarlo en caso de que se nos seque la boca, o simplemente para cuando necesitemos una excusa para pensar en la siguiente idea.

10. Nunca hay que admitir que se está nervioso y disculparse por ello. Si se nos olvida algo, lo mejor es seguir adelante y mencionarlo cuando lo recordemos.


Comentarios