Alfred Adler, Médico psiquiatra, 1870-1940, hace del complejo de inferioridad el núcleo de su teoría psicológica. El niño toma conciencia de su minusvalía física al verse superado y dominado por los adultos, y si tal sentimiento cristaliza, se retira de la acción y se repliega sobre sí mismo, enclaustrándose en sus sueños compensadores.
Este complejo puede apoyarse tanto a una minusvalía orgánica objetiva como en una característica física cualquiera vivida subjetivamente como tal, y puede verse incrementado asimismo por presiones educativas extemporáneas, inadecuadas al grado de madurez alcanzado.
Ahora bien, estas insuficiencias o defectos físicos del hombre buscan su compensación psíquica, lo que puede conducir a la genialidad (por ejemplo, el caso del tartamudo Demóstenes como orador o el sordo Beethoven como músico), a la histeria o a la paranoia.
Alfred Adler y el complejo de inferioridad
El complejo de inferioridad constituye la base del desarrollo científico de Alfred Adler en los campos de la psiquiatría y psicología.
Las teorías de la "inferioridad orgánica" que abarca el funcionamiento de los órganos del cuerpo llamados inferiores y de la "compensación por el sistema nervioso central" llevaron a Adler a formular la siguiente tesis fundamental
"el sentimiento de padecer una inferioridad orgánica obra sobre el individuo como un estímulo continuo en su desarrollo psíquico".
La teoría de Adler sobre el importante papel que desempeña la inferioridad orgánica en la etiología de la neurosis constituye un desarrollo científico que parte de estudios de medicina científica anteriores y se completa con sus investigaciones sobre el tema. Sin embargo, Adler adopta una postura distinta con respecto a las de los autores que han realizado ensayos relativos a la inferioridad congénita.
En este sentido, Adler explica: "Existe una unanimidad de criterio entre los autores con respeto a la predisposición patológica que se deriva de la inferioridad orgánica. La única diferencia que existe entre mi manera de ver y la de otros consiste en que yo considero asegurado el equilibrio mediante la compensación. No obstante, los órganos inferiores está dotados de una gran potencia de compensación y sobrecompensación, que aumenta la capacidad de adaptación del individuo a los obstáculos comunes, y extraordinario y que favorece la creación de formas y de funciones nuevas y superiores" [15].