¿Qué sucede cuando una persona se gana la lotería?
Primero: Se enloquece, no sabe que va hacer con la x cantidad de dinero ganado.
Y por ende cree que ese dinero es infinito y nunca se va a terminar (comienzan a gastar a manos llenas) y termina peor de como estaba antes del premio.
Segundo: No piensa y no sabe cómo hacer que su golpe de suerte se transforme en un activo, que le genere un ingreso residual de por vida. Se limita a adquirir pasivos pensando que es activa y en muchos casos está mal asesorado. PASIVOS como: Una casa, un carro, artículos de lujo, viajes, un negocios que lo único que le da son pérdidas o sigue el consejo de un asesor bancario y habre un CDT; entre otras cosas.
Tercero: Se vuelve arrogante y deja de lado, los valores que tenía antes del dinero. Se cree con PODER y que es dueño del mundo.
Cuarto: En la mayoría de los casos se olvida de su familia (esposa e hijos) por darse la gran vida. Lo cual es muy triste.
La inteligencia financiera va más allá del dinero. El dinero son solo papelitos de colores, que nosotros mismos, le dimos valor. La inteligencia financiera también implica saber que el dinero es una bendición y un medio para llegar a un fin. Y que si se utiliza bien con sabiduría se puede contribuir a que este mundo sea mejor y más equilibrado con respecto a los que tienen mucho y los que no tienen nada. Hay muchas personas que saben sobre este tema y muy buenas por cierto, pero me inclino más por los conceptos e ideas simples y fáciles de Robert kiyosaki.
Aquí le pongo algunos ejemplos:
Invierte en educación financiera
Antes de invertir en activos que generen un flujo de dinero, invierte en mejorar tu educación financiera. Mantente estudiando, capacitando, leyendo libros, tomando cursos, asistiendo a seminarios, investigando en Internet, etc.
Siempre procura aumentar tu vocabulario financiero y mejorar el conocimiento que tengas; ello te permitirá identificar, analizar y aprovechar mejor las oportunidades.
Cuidado con las palabras
Las palabras tienen poder, debes tener cuidado con las afirmaciones que hagas pues éstas podrían convertirse en tu realidad.
Por ejemplo, si dices "no puedo permitírmelo", le das la orden a tu mente para que deje de trabajar y, efectivamente, nunca podrás permitírtelo; pero si en cambio dices "cómo puedo conseguirlo", entonces tu mente se pondrá a trabajar, y se esforzará por encontrar la solución, por ejemplo, una forma de ganar más dinero.
Págate a ti mismo primero
Cada vez que obtengas ingresos, antes de pagar a tus deudores, reserva un porcentaje de dichos ingresos, para luego invertirlo en activos que generen flujos de efectivo. Ten la disciplina para pagarte a ti mismo primero, aun cuando tus ingresos sean bajos o tus deudas sean altas.
Ello te permitirá invertir el dinero ahorrado en activos que te generen flujos de efectivo, y la presión por pagar tus deudas te motivará a salir e inventar formas de ganar más dinero; a la vez que mejoras tus habilidades financieras.
Motívate a hacer dinero
Para que hagas dinero debes tener pasión, debe gustarte lo que haces, debes divertirte, debes amar lo que hagas y sentirte íntegro. Y una forma de lograr ello es motivándote a ti mismo pensando en las razones por las cuáles te gustaría tener mucho dinero y salir adelante; tus razones podrían ser, por ejemplo, poder retirarte joven y no tener que trabajar toda la vida, no ser un empleado, poder viajar por el mundo, controlar tu tiempo y tu vida.
Cuenta con un buen equipo de trabajo
Rodéate y contrata gente indicada, que sepa más que tú en sus áreas, y que juntas se complementen y puedan conformar un buen equipo. Uno debe saber identificar a las personas correctas, no sólo por su apariencia, sino por sus palabras. Debe identificar y contratar a estas personas, y luego saber trabajar con ellas, dirigirlas, liderarlas e inspirarlas.
Aprende a manejar el riesgo
Invertir no es riesgoso si primero inviertes en tu educación financiera. Tu educación financiera te permitirá detectar, analizar y aprovechar mejor las oportunidades de inversión. Aprende a asumir riesgos, pero antes de invertir, sé precavido, infórmate bien, evalúa bien la situación, y asegúrate de que el riesgo sea el mínimo posible.
No temas cometer errores
No tengas miedo asumir riesgos y cometer errores, pues es en los errores y en los fracasos donde uno más aprende. Debes saber ganar, aún al perder. Cuando cometas errores o fracases, sé perseverante y sigue intentando, ten siempre presente que equivocarse es parte del proceso del éxito, que no puedes tener éxito sin antes haber fracasado.
Avanza a pasos de bebé
Sé paciente tanto al momento de tener que elegir tus inversiones, como al momento de hacer tus negocios. Para tener éxito tienes que ir despacio, con pasos de bebé. Debes tomarte tu tiempo para ver las propuestas.
La inteligencia financiera está vinculada estrechamente con la inteligencia emocional.
La inteligencia financiera nos hará libres
Cambiar los pensamientos, emociones y hábitos en torno a los conceptos del dinero, la riqueza y la prosperidad, es el primer paso en el desarrollo de la inteligencia financiera.
La población mundial de profesionistas ha llegado a un momento en el que cada vez los individuos desean menos seguir siendo empleados de las grandes organizaciones. El sentido de fidelidad y de permanencia en un solo empleo son conceptos que comienzan a desdibujarse.
La mentalidad que predomina hoy es la que está llevando cada vez a más personas a emprender y a generar fuentes diversificadas de ingreso, es decir, a alcanzar su independencia financiera.
Inteligencia y libertad financiera
- La inteligencia financiera consiste en dejar de lado la mentalidad de tener que trabajar por dinero y en crear un sistema de ingresos múltiples que trabajen para usted, como contar con un negocio propio.
- La falta de inteligencia financiera es lo que lleva a las personas a trabajar mucho y muy duro sin ganar lo suficiente como para superar sus dificultades económicas.
- Las personas que desean dejar de levantarse para asistir a su empleo, no por el hecho de que sean perezosas, sino de que no desean ser empleados, lo que desean es gozar de una libertad financiera.
- La libertad financiera se mide en base a los meses que usted podría dejar pasar manteniendo su nivel de vida si deja de asistir a su empleo.
- Pensar que es posible lograr diversificar las fuentes de ingresos, liquidar las deudas o dejar de ser empleado, parece irreal, pero no lo es. No si comienza a pensar en términos de abundancia, prosperidad y de oportunidades.
La riqueza es un estado mental
- Los problemas económicos que usted pueda tener no dependen sólo de su sueldo, sino también de la forma en que concibe al dinero, del modo en que se siente con respecto a él y de los hábitos que ha adquirido para administrarlo.
- Los pensamientos, las emociones y los hábitos pueden llevar a la abundancia o a la escasez, por eso, mejor piense en términos de prosperidad, no de precariedad.
- No olvide que si su mente crea la riqueza, sus actos la persiguen.
Prácticas de inteligencia financiera
Para desarrollar una mentalidad próspera, cambiar algunas creencias falsas en torno a las finanzas y la riqueza, y para incrementar su coeficiente de inteligencia financiera, Samsó propone algunas prácticas. Algunas de ellas son:
1. Revise sus creencias. Cuestione su propio sistema para hacer presupuestos, para gastar, ahorrar y para invertir. Tal vez se dé cuenta de que algunas de sus prácticas son obsoletas pues las ha heredado de sus padres, o de que no están dando resultados reales.
Revise también sus creencias en torno al dinero y la manera en que piensa lo hará rendir más. Justifíquelas y, si no puede, modifíquelas. Nunca es demasiado tarde.
2. Cree otra fuente de ingresos. Al mismo tiempo que recibe ingresos de su empleo, desarrolle otros medios de ingresos. No habrá nada mejor que hacer de su afición una afición retribuida, después una verdadera fuente de ingresos y finalmente el concepto de su negocio.
3. Páguese a usted mismo. Al llegar el día del pago, lo más común es que ya tenga pensado cómo dividir su sueldo para pagar todas sus cuentas. Pero se está olvidando de lo más importante que es pagarse a usted mismo, quien verdaderamente se lo ha ganado.
Al recibir su sueldo, aparte el 10% y deposítelo en una cuenta en que pueda ir ahorrando para iniciar su negocio propio, después pague sus cuentas.
4. No se resigne a la deuda. Hay quienes aceptan que la deuda es un estado permanente en vez de tratar de reducirla. En primer lugar, liquide su deuda actual. Que ésta sea su prioridad para no seguir "trabajando para los demás".
Y para no seguir endeudándose comience a pagar en efectivo, pues la tarjeta de crédito en realidad es estar comprometiendo su trabajo futuro.
5. Establezca objetivos de ingresos. En su presupuesto establezca la cifra que desea tener como ingresos cada año, pero no solo eso, sino que fije las acciones que lo llevarán a lograrlo.
6. No tire sus talentos en un saco roto. Desarróllese en algo que le apasione. Convierta el conocimiento con que cuenta en un servicio, en un negocio, en dinero. Piense en qué puede ofrecer que lo haga feliz a usted y a los demás, tanto que genere flujos de dinero.
7. Siga capacitándose. Aprenda más sobre finanzas leyendo buenos libros o asistiendo a seminarios. Aprenda de las personas que han desarrollado una inteligencia financiera y que son testimonio real de éxito.
8. Piense en grande. Imagine su situación de vida ideal en tres años. Después comience a desarrollar un plan estableciendo plazos y entre en acción. No necesita desarrollar el plan de negocios de una gran empresa, sólo necesita un gran plan de negocios.
Diga adiós a los gastos emocionales
Según Raimon Samsó en su libro "El código del dinero", lograr una verdadera libertad financiera depende no sólo de la inteligencia financiera de cada persona, sino también de su inteligencia emocional.
Usted podría pensar que todos los gastos son malos, pero no es así. El gasto bueno es aquel que se paga a sí mismo, es decir, una inversión disfrazada de gasto. Por otro lado, el gasto malo es el que se da y no se recupera nunca, es decir, un "malgasto" o despilfarro disfrazado de necesidad.
Según Samsó, el gasto malo está muy relacionado con el gasto emocional, es decir, el que se hace para compensar una insatisfacción, cuando su terapia consiste en comprarse algo.
Si las personas no gastaran tanto en este tipo de terapias, podrían invertir todo ese dinero, aumentar su riqueza y ser más felices, pues las compras compulsivas eventualmente llevan a un estado de culpabilidad y de endeudamiento.
Para eliminar el gasto emocional, en un momento de debilidad cuando esté a punto de adquirir algo nuevo, pregúntese si realmente lo necesita o si sólo quiere comprarlo para sentirse mejor.