Cómo se inicia el discurso
Podemos comenzar con unas palabras de ritual Señoras (pausa) para calibrar la acústica. Mirar a nuestro alrededor y, cuando veamos que están atendiendo, comenzar con algún tópico que sea de especial interés o algo que acabemos de hacer. Si nos equivocamos al principio de la alocución, tendremos problemas para concluirla con éxito. Si comenzamos diciendo No quiero aburrirles volviendo a trillar el campo minuciosamente analizado por.... Con esta introducción, donde se maneja la metáfora y el tópico estamos informando al público de que lo que se avecina puede ser una perorata insoportable. Sí podemos empezar con frases como: Sabían Vds. que..., Es fundamental para nuestra empresa... etc...
La atención del público se debe captar al inicio de la charla y, aunque la audiencia sólo escucha a medias, será en este momento cuando evaluarán la energía mental que están dispuestos a dedicar al discurso.
Para captar la atención se puede seguir el esquema que Stuart denomina A, B, C, D.
A. Captar la ATENCIÓN TENCIÓN de la audiencia.
B. Mostrar los BENEFICIOS o ventajas que obtendrán de escuchar.
C. Explicar las CREDENCIALES, conocimientos o méritos que posee el orador para hablar sobre el tema.
D. Exponer claramente cuál será la DIRECCIÓN o DESTINO de la charla y, en definitiva, cuál es el objetivo.
Esta es la forma más habitual y, a la vez, más comprometida, pues permite a la audiencia valorar desde el primer momento el interés que tiene lo que le un buen comienzo atención beneficios credenciales dirección van a contar. Algunas formas de captar la atención en el inicio de una charla son:
Formular preguntas. Procurando, eso sí, que no sean retorcidas o enmarañadas, que sean imposibles de contestar o que distraigan a la audiencia en aras de una respuesta complicada.
Hacer citas. Para lo que habría que evitar caer en la pedantería, la erudición excesiva o en la retahíla de citas más o menos afortunadas.
Contar anécdotas. Son muy útiles para introducir a la audiencia con facilidad y Rapidez en el tema objeto de la charla. Siempre que sea posible se deben emplear Anécdotas propias y, cuando sean tomadas de terceros, se pueden personalizar en la medida de lo posible o lo razonable.
Aperturas efectistas. Si bien pueden ser divertidas y preparar positivamente a la audiencia, obligan a estar muy seguros de lo que se hace y de que la audiencia va a captar todo el impacto de las palabras o gestos.
Presentar una serie de datos estadísticos sorprendentes que nos permita
Interesar y captar la atención de la audiencia.
Comenzar con los antecedentes históricos. Bien entendido que no debe remontarnos a la prehistoria.
La noticia de actualidad puede ser un buen punto para el comienzo de una charla. Le podemos dar un tono práctico, que motive a la audiencia, rompa el hielo y pueda justificar lo que expondremos a continuación.
Mostrar puntos de contacto entre el orador y la audiencia.
Explicar el esquema de la conferencia. Lo lógico es que esté basado en una serie de puntos que sean fácilmente explicables.
Lo que no debemos hacer, en ningún caso, es preguntarnos la razón por la que estamos allí. O comenzar con un párrafo de disculpa sobre los defectos de la presentación, de las transparencias, de nuestras habilidades como orador o con alguna crítica a la organización. Tampoco es conveniente halagar al público en exceso o resaltar algún aspecto negativo relacionado con él.
Como finalizar un discurso
Un final logrado, pletórico, puede compensar en buena parte un discurso general mediocre. Un final malo destroza, sin embargo, el mejor de los discursos.
Es conveniente aprovechar las últimas palabras para reafirmar de forma positiva el mensaje. El final debe suponer la condensación, la consecuencia de todo lo que se ha dicho. La conclusión se debe sentir sin anunciarla. Por ello, es conveniente planificar adecuadamente esa conclusión. En cualquier caso habrá que advertir a la audiencia que llegamos al final de la presentación. No debemos olvidar que la mejor forma de hacer un buen discurso es terminarlo bien. Las formas más habituales de concluir son:
- Con un resumen o una síntesis del contenido del discurso.
- Con una petición a la audiencia para que hagan algo concreto o actúen en un determinado sentido.
- Con una pregunta retórica, sin respuesta.
- Con un nexo que permita enlazar con el principio de la charla
- Con una cita o frase adecuada.
- Con una anécdota.
- Con alguna consecuencia que se desprenda del contenido del discurso.
- Con alguna frase grata o que halague a la audiencia.
- Con un giro humorístico que libere la tensión acumulada a lo largo de la presentación.
La última frase debe estar pronunciada de tal manera que la voz indique claramente que se llega al final. Algunas frases para concluir pueden ser:
- «Mi tiempo se está acabando...»
- «No quiero abundar más...»
- «Creo que empiezan a cansarse...»
- «Concluyo como empecé con mi agradecimiento a Vds...»
- «Señoras y señores ha sido un placer estar con ustedes...»
- «Quisiera expresarles mi reconocimiento por su amable atención...»