Los combustibles fósiles son el resultado de los cambios acumulados durante miles o millones de años por la materia orgánica (plantas y animales muertos) enterrada bajo tierra. Dado que sus componentes principales son carbono e hidrógeno, también se les llama hidrocarburos.
El petróleo, el gas natural y el carbón mineral son combustibles fósiles. Pueden emplearse directamente o bien, mediante refino u otros procesos, para producir otros combustibles derivados, como gasolina, fuel-oil, gas de carbón... etc.
En lo que hace al uso de la energía, se usan principalmente en tres tipos de aplicaciones: obtener directamente calor, generar electricidad o producir movimiento.
La mayoría de los sistemas de calefacción se alimentan de combustibles fósiles o de sus derivados (fuel-oil...). Los combustibles pueden quemarse directamente y, haciendo circular un líquido que se calienta, repartimos el calor por toda la casa.
Por el contrario, para producir electricidad, se acciona una turbina por los propios gases de combustión o por vapor caliente, la cual activa el generador eléctrico.
En cuanto al movimiento, el 97% de los vehículos funciona con combustibles procedentes del petróleo. El movimiento se genera haciendo moverse a los pistones de los motores de explosión, que usan gasolina o gas-oil.
Para darnos cuenta de la importancia de los combustibles fósiles, tengamos en cuenta que este origen supone el 80% de toda la energía consumida en el mundo.
Petróleo
El petróleo se nacionalizó en 1938 (Lázaro Cárdenas).
La industria del petróleo se ha volcado para impulsar y dar vida al desarrollo económico de México. Se ha construido una extensa red de oleoductos, gasoductos y líneas de productos.
La venta de automóviles en los último años ha aumentado, generando un crecimiento en el consumo de gasolinas. Actualmente a PEMEX le es insuficiente abastecer totalmente el combustible, atender gasolineras, gas natural, combustóleos y otros petrolíferos que están en duda por la creciente dependencia de importancia.
El sector transportes demanda y consume casi en su totalidad energía petrolífera (gas natural, gasolina, queroseno, diesel y combustóleo en el destino final de la energía producida con petróleo crudo) además de una pequeña proporción de electricidad.
La industria petrolera es una de las más importantes y uno de los pilares más fuentes de la economía y la industria, tanto por su acelerado progreso como por sus múltiples aplicaciones. De aquí surgió el Instituto Mexicano del Petróleo.
Gas natural
Dentro de los combustibles fósiles, cada vez se usa más el gas natural. Es fácil de transportar y de usar, barato, y más limpio que los demás. A corto plazo va a sustituir, por lo menos en Europa, a la producción energética basada en el carbón.
Para producir una cantidad de energía dada, el gas natural libera la mitad de CO2 que el carbón, y nada de óxidos de azufre.
Minerales
México es uno de los países de Latinoamérica que se encuentra localizado en una región volcánica rica en minerales. La tradición minera se remonta a la época prehispánica, como lo muestra la explotación de yacimientos ubicados principalmente en las zonas de Taxco, Pachuca, Guanajuato y la sierra Gorda, en Querétaro, donde se encontraron vestigios de bocaminas. Sin embargo, no es sino hasta el periodo de la colonia cuando la minería adquiere una gran relevancia económica y social, que se refleja en un importante impulso a la creación de poblaciones en función de la ubicación de los yacimientos y de las actividades exploratorias, así como la creación de infraestructura de transporte, la especialización de fuerza de trabajo y el estímulo a las actividades de investigación. A nivel mundial, el auge de la minería mexicana se tradujo en un importante flujo de metales preciosos, especialmente plata, hacia los circuitos comerciales de Europa.
Después de la guerra de independencia muchas minas fueron cerradas, siendo reabiertas posteriormente con el apoyo de capital extranjero. Actualmente, existen minas distribuidas por todo el territorio nacional a excepción del este y sureste del país y algunas de ellas han sido explotadas a lo largo de cuatro siglos, por lo que ciertos yacimientos son relativamente pobres si se comparan con los que estaban en uso en años anteriores. La mayoría de los municipios mineros se localizan en zonas montañosas, zonas áridas y llanuras costeras y las actividades mineras nacionales se limitan a la extracción en tierra firme, sin explotar yacimientos submarinos. México es un importante productor mundial de plata, celestita, sulfato de sodio, bismuto, cadmio, mercurio, barita, grafito, antimonio, arsénico, fluorita, plomo, zinc, molibdeno, feldespato, azufre, manganeso, sal, yeso y cobre.
En la década de los ochenta la industria minera enfrentó graves problemas por las bajas cotizaciones internacionales resultantes de una situación de sobreoferta mundial, así como por la sustitución de los metales tradicionales en numerosos procesos productivos y el reciclado de metales. No obstante, en los últimos años los precios de diversos metales, entre ellos cobre, plomo y zinc, han mostrado una franca recuperación, lo que está permitiendo a este sector un relativo auge que se expresa en un mayor valor de las exportaciones minero metalúrgicas, las cuales totalizaron más de 3,500 millones de pesos en 1994, mientras que en 1995 ascendieron a 12,802 millones de pesos. Sin embargo, al igual que en otras ramas industriales el personal ocupado ha mostrado una tendencia a la baja, ya que en 1988 el sector empleó a 130,519 personas, mientras que en 1995 se registraron 95,147 (INEGI, 1996).
Como ejemplo de la importancia de este sector, se observa que durante 1995 participó con cerca del 2.3 % en el producto interno bruto (PIB) industrial y con el 0.6% en el PIB nacional. En los estados de Baja California Sur, Zacatecas, Colima, Coahuila y Sonora, la minería aporta un importante porcentaje del PIB estatal, el cual oscila de 11.7 % a 30.4%, por lo que cualquier variación de esta actividad tiene importantes repercusiones en los ámbitos social y económico de la región.