La tecnología y producción limpias consiste en producir productos o servicios de una forma menos contaminante o sin contaminar el ambiente.
Por ejemplo con la energía eólica (del viento) se puede producir electricidad de forma limpia, utilizando molinos de viento o veletas al contrario de las formas convencionales de generación de la misma como las termoeléctricas que queman petróleo o derivadas de ésta, las hidroeléctricas y las nucleoeléctricas que utilizan la fisión nuclear de elementos radiactivos como el uranio y que siempre son potencialmente peligrosos por la posible fuga de material radiactivo.
Otro ejemplo de aplicación de elaboración de productos limpios que no contaminan el ambiente es el uso de jabones biodegradables.
La fabricación de bolsas de polietileno que se derriten con la luz solar es un ejemplo de la fabricación de productos de tecnología limpia que no contaminan al ambiente.
Actualmente en México el organismo denominado ECOCE se encarga de fomentar la recolección y el reciclaje de los envases PET en nuestro país utilizado para envasar refrescos y otros productos en nuestro país y de esta forma mantener limpio al ambiente.
Los programas de eco-etiquetado, las reglas de eco-envasado y los programas de reciclado ya no son una moda, sino ejemplos específicos de la implementación del concepto de ciclo de vida. Muchos programas son voluntarios, pero están siendo apoyados más y más por los gobiernos. Las presentes reglas del comercio internacional, sin embargo, no permiten la discriminación del comercio internacional contra un producto basada en cómo es producido, y las regulaciones sobre disposición o reciclado de un producto están generalmente vistas como barreras potenciales al comercio internacional.
Los programas de eco-etiquetado, por ejemplo, indican al consumidor qué producto merece ser comprado sobre la base de un criterio ambiental. Los eco-etiquetados son generalmente otorgados según criterio relacionado con el impacto ecológico de un producto a través de su ciclo de vida. Ahora existen etiquetas que identifican los detergentes biodegradables, productos hechos con papel reciclado, baterías seguras para el medio ambiente, atún seguro para los delfines, y una miríada de otros productos.
El enfoque tradicional con que se ha abordado el control de la contaminación, considera como primera opción reducir los contaminantes después de que se hayan generado por los procesos industriales, exigiendo la aplicación de tecnologías de etapa final o "fin de tubo" (end of pipe), que muchas veces alcanzan costos elevados obstaculizando la competitividad de las empresas, especialmente en el caso de las PyMES.
La Producción Limpia invierte o reorienta la jerarquía de gestión de los contaminantes, considerando las oportunidades de prevención de la contaminación: reducción de los residuos en el origen; reutilización y reciclado; tratamiento o control de la contaminación; disposición final.
Las tecnologías limpias están orientadas tanto a reducir como a evitar la contaminación, modificando el proceso y/o el producto. La incorporación de cambios en los procesos productivos puede generar una serie de beneficios económicos a las empresas tales como la utilización más eficiente de los recursos, reducción de los costos de recolección, transporte, tratamiento y disposición final.
Una tecnología de producción limpia (TPL) puede ser identificada de varias maneras: o permite la reducción de emisiones y/o descargas de un contaminante, o la reducción del consumo de energía eléctrica y/o agua, sin provocar incremento de otros contaminantes; o logra un balance medioambiental más limpio, aún cuando la contaminación cambia de un elemento a otro. Esto último supone evaluar la nueva tecnología sobre la base de las normas y estándares fijados por la legislación medioambiental.
En principio, la producción limpia podría entenderse como aquella que no genera residuos ni emisiones. En la realidad esto no es así. Primero, porque en el estadio actual de desarrollo son escasas las tecnologías económicamente viables que logren cero emisión. Segundo, porque si bien toda emisión puede generar una externalidad negativa (o pérdida de bienestar social sin compensación), el nivel óptimo de contaminación no es igual a cero, sino aquel en que los beneficios sociales marginales de minimizar residuos, sean equivalentes a los costos sociales marginales de lograr tales reducciones.
Producción Limpia:
La filosofía de la producción limpia empezó a mediados de los ochenta, en la actualidad forma parte de la política medioambiental de la mayoría de los países desarrollados y se integra poco a poco a la de los países subdesarrollados.
La producción limpia es una estrategia de gestión empresarial preventiva aplicada a productos, procesos y organización de trabajo.
Objetivo de la producción limpia: Es minimizar emisiones tóxicas y de residuos, reduciendo así los riesgos para la salud humana y ambiental, y elevando simultáneamente la competitividad de las empresas.
Las cinco acciones de la producción Limpia:
1. Minimización y consumo eficiente de agua y energía
2. Minimización de insumos tóxicos
3. Minimización del volumen de todas las emisiones que genere el proceso productivo.
4. El mayor reciclaje posible en la planta
5. Una menor producción de desechos y derivados del proceso de producción
La PL tiene como propósito general incentivar y facilitar el aumento de la competitividad y el desempeño ambiental de las empresas, apoyando el desarrollo de la gestión ambiental preventiva para generar procesos de producción más limpios, incluyendo el uso eficiente de la energía y el agua. La política de PL, representa un eslabón que articula la política ambiental con la política de desarrollo productivo, expresando así una importante dimensión de la estrategia de desarrollo sustentable, teniendo en cuenta que las tecnologías ambientales convencionales trabajan principalmente en el tratamiento de residuos y emisiones generados en un proceso productivo.
Impactos y beneficios que genera la PL.
Se evidencia un cambio en el pensamiento del ser humano que repercute en su entorno, este cambio se encuentra asociado al fomento de una cultura de la prevención, la cual no formaba parte de la cultura del hombre; cuando hace decenios empezó la protección medioambiental, en ese entonces sólo se contemplaban métodos de control a menudo llamados dispositivos de última etapa para solucionar problemas de aguas contaminadas, atmósfera tóxica, y las demás consecuencias del desarrollo industrial y de la actividad humana.
La actual protección del medio ambiente está evolucionando e incorpora una nueva estrategia para evitar los residuos y la contaminación que desde siempre han caracterizado el desarrollo industrial. La PL está asociada a la eficacia, que siempre ha sido un objetivo bandera de las empresas, pero su consecución ha carecido a menudo de consideraciones ecológicas.
Por qué adoptar la PL por parte del sector empresarial
Desde la perspectiva de garantizar el desarrollo sostenible y enfrentar los nuevos retos de la competitividad empresarial, la gestión ambiental se considera como una fuente de oportunidades y no como un obstáculo. Dentro de esta gestión, adoptar la PL resulta una alternativa viable para el logro de los objetivos de desarrollo
Adicionalmente, existen otras motivaciones como son la convicción plena de que es una estrategia encaminada al desarrollo sostenible, que mejora la competitividad y garantiza la continuidad de la actividad productiva, gracias al mejoramiento de la eficiencia en los procesos productivos, en los productos y en los servicios; ayuda a cumplir con la normatividad ambiental y garantiza el mejoramiento continuo de su gestión en este sentido; ayuda a mejorar la imagen pública, ya que previene conflictos por la aplicación de instrumentos jurídicos (por ejemplo, la tutela) y disminuye las inversiones en sistemas de control al final del proceso.
Cómo introducir la PL en la empresa:
Primero es necesario realizar un plan de gestión que incluya un diagnóstico ambiental en su análisis de FODA o de fuerzas y debilidades, de esta manera se identificarán cuáles son las maneras o formas en que la empresa contamina.
Después realizar un plan Estratégico Operativo (ubicación y límites, bosques e hidrografía, geología, inventario de flora y fauna, calidad del agua en el estado actual, suelos, topografía, clima, infraestructura de servicios circundantes, sistema vial, usos actuales, valorización y/o desvalorización de las áreas de influencia); identificar la disponibilidad de recursos naturales y de infraestructura que tiene la región que constituye el ámbito geográfico de operación de la empresa y analiza la incidencia que tiene esta situación en el desarrollo de las actividades de la empresa (insumos, procesos de trabajo, productos finales y elementos residuales, retroalimentación, ámbito geográfico de operación);
Conocer el impacto ambiental que generan las labores que realiza la empresa e identifica criterios, aspectos y situaciones que deben tenerse presente en la formulación de los planes de desarrollo (efectos en el agua en el área de influencia, cambio de uso de suelo en el área de influencia, efectos por gases emanados, efectos sobre el agro-ecosistema: pastos y bosques, efectos generados por ruido); conocer las posibilidades, incentivos y restricciones para el desarrollo de las actividades de la empresa, derivadas de las reglamentaciones que regulan la conservación del medio ambiente.
El éxito de un proyecto de prevención de la contaminación se mide por la reducción de la cantidad de residuos generados pero, también, por la posible disminución de su toxicidad, mejora en la calidad y productividad, la satisfacción de los empleados y clientes, entre otros. El seguimiento de la iniciativa permitirá sugerir nuevas oportunidades de prevención de la contaminación que enriquezcan el proceso.