Con la emisión masiva de dióxido de carbono y otros gases, las sociedades industriales vienen modificando la composición química de la atmósfera desde hace más de un siglo. Desde finales de los años 50, en el siglo pasado, la sociedad ha ido tomando conciencia de los riesgos asociados con este fenómeno y de sus probables consecuencias desastrosas para la vida sobre este planeta. A pesar de esto, las reuniones mundiales realizadas desde el Congreso de Villach (Austria, 1985) hasta Kyoto (1997), Buenos Aires (1998) y Bonn (1999) no se han traducido en acciones globales concretas para enfrentar el problema. Al contrario, actualmente y en la mayoría de los casos, los países pobres con un ingreso per cápita anual de menos de 200 US$, son los más afectados por el cambio climático; como Mozambique por inundaciones y Etiopía por sequías, a pesar de tener emisiones de gases invernaderos equivalentes al 3,2% de la emisión global (frente al 75% emitido por los países ricos organizados en el grupo G7, con un ingreso per cápita anual de 20000 US$).
La complejidad del problema no sólo requiere de una respuesta proveniente del mundo político y de las relaciones internacionales, sino también de nuestra propia actitud personal. Las exigencias a los gobiernos para que tomen medidas más efectivas frente a esta problemática, deben ir acompañadas del compromiso personal de proteger el ambiente en que vivimos. El objetivo del presente Capítulo es definir el sistema climático global y caracterizar el efecto invernadero y sus consecuencias para la vida sobre este planeta.