El sentimiento de la persona de su propio valor o el autorespeto, es posible definirlo desde dos aspectos. Uno seria el sentimiento de una persona de su propio valor, su segura convicción de que la concepción del propio bien y de su plan de vida tiene sentido llevarlos a cabo. El otro aspecto del autorespeto implica confianza de la persona en sus propias habilidades, tanto como este en su poder, de llevar a cabo todas sus intenciones.

Si una persona siente que sus planes de vida tienen poco valor no los sigue con placer ni disfruta de su realización, nada parece importarle o le falta la voluntad para esforzarse por ellos. Rawls sostiene, entonces, que es necesario que las personas en la posición original valoren al autorespeto como un bien social primario de máxima importancia. A su vez, considera que la concepción de la bondad como racionalidad permite caracterizar de manera más adecuada las circunstancias que suponen el primer aspecto del autorespeto (el sentido de una persona de su propio valor) [10].